Cuadro pintado a mano en acrílico sobre madera
Cada noche en Ciudad Magdalein una persona conversa mentalmente con una estrella; ese cuerpo brillante que lo ha acompañado desde que sus jóvenes ojos descubrieron que la noche con esa Estrella podría ser la mejor noche de su vida. La Estrella se sabe hermosa, querida y deseada; y aunque también ame mucho a su Humano, sabe que es una estrella, y su amor es imposible.
Intentó ella descender a la Tierra, buscar a su Humano, y darle una oportunidad a tan magno amor; pero fue imposible. Lo único que quedó esa noche fue: un beso robado, y el pedido de que quede en secreto ese acercamiento tan anhelado. Sellaron su promesa con una cerveza, y ambos se alejaron para buscarse siempre al anochecer.
** «Desde lejos, siempre cerca», el país y su ciudad son parte del imaginario visual de la autora. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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